viernes, 28 de enero de 2011

SOMEWHERE OVER THE RAINBOW


Llevo unos días dándole vueltas a la idea de que el mundo está plagado de colores y casi todo lo que comemos tiene un color llamativo, porque digo yo que hay tomates rojos, zanahorias naranjas, limones amarillos, pimientos verdes, patatas blancas, fresas rosas, berenjenas moradas y así podría enumerar una lista extensa que os aburriría hasta la muerte.
Pero ¿qué hay de color azul que se coma?
¿Los pitufos?

Si alguien conoce de la existencia de un comestible azulado, que se ponga en contacto conmigo, por favor. 

miércoles, 26 de enero de 2011

OTRA OCURRENCIA

Se me ocurre que las cosas, a menudo, sí son como parecen.
Y que las primeras impresiones hay que tenerlas en cuenta.
Y mucho.

OCURRENCIA DE LAS 15:35


Se me ocurre que al final todos y cada uno moriremos en el intento.
O no.

domingo, 23 de enero de 2011

PASTORA O UN VIAJE EN NORIA


Soy una mujer afortunada porque anoche asistí al concierto que PASTORA dio en Madrid, en la sala Clamores, presentando su nuevo disco "Un viaje en noria".
Si aún no os habéis enamorado de este grupo, no os costará mucho. Sólo tenéis que prestar atención a sus esmeradas letras y dejaros embaucar por su elegante música.

Os dejo una pequeña muestra de su genio:

"Si el amor se contara como se cuenta el tiempo,
si mis besos se sumaran a tus besos un momento;
si fuera posible eternizar todo lo que siento,
no habría ni un despertar con intriga en mi vida contigo.
No habría esperanza de hacerlo más grande,
estaría parado, y estas cosas no se pueden parar.
No habría dudas, ni broncas, ni perdones romanticones;
no habría eso que adoro y es mi tesoro:
despertarme y encandilarme cada mañana de ti."

Lunes, de su primer álbum Pastora

sábado, 22 de enero de 2011

miércoles, 19 de enero de 2011

DON PIMPÓN ERA MI PADRE

Hace años estábamos mi prima, su marido y yo cenando en un asiático en Madrid.
Mientras comíamos, la conversación derivó en discutir acerca de si don Pimpón, personaje entrañable de nuestra infancia, representaba un hombre o un monstruo (nos referíamos al traje, claro).
Todo sucedió como sigue:
      -Don Pimpón era un hombre- afirmé yo, contundente.
      -Don Pimpón era un monstruo- rebatió mi prima.
      -Don Pimpón era un hombre- me apoyó su marido.

Imaginaos este diálogo de besugos mantenido de manera reiterada por espacio de diez o quince minutos.
De repente, cuando el tema ya no daba más de sí, por razones obvias, una comensal de la mesa contigua, imagino que  haciendo acopio de valor y saltándose la norma tácita de no entrometerse en las conversaciones ajenas y menos en restaurantes asiáticos (eso jamás), apuntó:

      -Don Pimpón era un hombre. Lo sé porque es mi padre.

Nos quedamos los tres mirándonos, sin saber qué decir, con el bocado de sushi a medio masticar. Sin mediar más palabras, y por supuesto sin entablar conversación con la desconocida que había puesto fin a nuestra animada charla con tan meridiana claridad, terminamos la cena y nos marchamos de aquel sitio tan raro.

Nunca olvidaré a don Pimpón.

AD INFINITUM


Albert Einstein, que para mí representa el culmen de la inteligencia humana, porque en cuanto a la gatuna la palma se la lleva Garfield, dijo que sólo había dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana (la gatuna ni la mencionó).
De hecho añadió que de lo primero no estaba seguro. Ergo de lo segundo sí.

Yo cada día compruebo cuán estúpido es el género humano y de cuántas y diferentes maneras lo demostramos a la menor ocasión que se nos presenta.

La estupidez humana es un filón inacabable.
Tengo blog para rato.
Descuidad.

PERSONAL E INTRANSFERIBLE


Lo que yo tengo en común con una mosca es que nada ni nadie nos puede apartar de la comida.

martes, 18 de enero de 2011

REDENCIONES



Sólo dos palabras no harán que consigáis la redención.
Se necesita algo más que eso.

lunes, 17 de enero de 2011

TEMPOS

No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que cada persona tiene un tempo, un ritmo, un compás.
Yo siempre he pensado que ir rápido, andar rápido, correr rápido, moverme rápido, hacerlo todo deprisa y corriendo era mejor, porque me dejaría más tiempo libre. 
Pero luego llega ese tiempo libre y claro, ya lo tengo todo hecho.
Y ahora qué.


Hoy se me ha ocurrido pensar que quizá no haga falta darse tanta prisa para hacer las cosas ni para llegar a los sitios. 
Que un ritmo lento y cadencioso tampoco está nada mal.
Y llegar, llegas.
Al final siempre se llega. 

domingo, 16 de enero de 2011

MAR DE DUDAS


A veces dudo de todo.
A veces no sé con qué quedarme.
Y para una persona como yo, de carácter tirando a decidido, es terrible este sinvivir que tengo. Y es que esta tarde, tras despertar de la siesta, me asaltó una duda tremenda: no sé si quiero tener la voz de Brandi Carlile o la de Sharleen Spiteri.

Se aceptan consejos.

VERSIONES

¿Realmente cambiamos o simplemente nos versionamos a nosotros mismos una y otra vez?

viernes, 14 de enero de 2011

DESPUÉS DEL VIERNES LLEGA LA CALMA

Alguien dijo que la vida es seria pero el arte es diversión.
Por tanto opino que todos deberíamos cultivar el arte.
Yo por mi parte, me voy a cultivar la pereza en mi sillón.

Es una forma más de hacer de la vida un arte.

Feliz fin de semana.

martes, 11 de enero de 2011

OCURRENCIA VESPERTINA


Pasarse de la raya es lo que hay que hacer a veces para ver dónde se encuentra exactamente el límite que está tan mal visto sobrepasar.

Qué vértigo me entra cada vez que cruzo un paso de cebra...

I PROMISE MYSELF

A veces me siento como un político de tres al cuarto, de esos que prometen mucho y no cumplen nada.

No hay nada peor que ser la eterna promesa.
Aunque quizás esté exagerando.

lunes, 10 de enero de 2011

DOÑA URRACA



Si tuviera que reencarnarme en un animal, estoy segura de que no lo haría en un delfín o en un caballo, que son animales elegantes y que gustan a todo el mundo. Para mi pesar, sería una urraca, ese ave que se afana en almacenar y acumular, que guarda todas las provisiones posibles de comida y si por el camino encuentra algo bonito y brillante, también lo agarra con su pico y se lo lleva al nido.
Y así soy yo: una mujer urraca, que todo lo guarda y que cuando va al súper compra no para una semana, sino como si tuviese la encomienda de abastecer un refugio nuclear que hubiese de dar cobijo a una familia numerosa, por si las moscas.


Estoy harta de guardar cosas por si acaso y de comprar al por mayor. El acaso nunca llega y los supermercados abren casi todos los días.


Así que el acumular se va a acabar.
Bienaventurados los que no guardan nada: porque ellos siempre viajarán ligeros.



miércoles, 5 de enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

FATALISMO FELIZ

A pesar de que las cosas no son casi nunca como una quiere, que normalmente encontramos más baches que caminos llanos y sin cuestas, que cuando menos te lo esperas llegan los problemas sin que nadie los llame y demás frases hechas que el mundo entero acumula para describir la vida, yo me inclino por el fatalismo feliz.
Acabo de llegar a la conclusión de que mi filosofía es esta: sea como sea y pase lo que pase, intentaré ser una fatalista lo más feliz posible.
Y aquí es cuando frunzo el ceño a la par que los morritos y hago un rápido y enérgico movimiento de cabeza en un gesto de asentimiento, queriendo decir que estoy totalmente de acuerdo conmigo misma y terriblemente decidida a llevarlo a cabo.

Helen dixit.

domingo, 2 de enero de 2011

AÑO NUEVO, VIDA IDÉNTICA

Escuché el carillón mientras la bola caía, sonaron los cuartos, luego las doce campanadas, me tomé las uvas bien rechonchas y casi me atraganto. Intenté coordinar la deglución de la dorada fruta con el sonido de la campanada a la vez que trataba de elucubrar el pensamiento de un deseo diferente por cada una de ellas, y confieso que no fui capaz.
No fui capaz de hacer esas tres tareas simultaneadas en el tiempo.

No sé si debido a mi incapacidad como mujer orquesta en un trance tan difícil y con tanta presión mediática como es el momento de las doce uvas, el 2011 será un año aciago para mí.
Espero que no.
Además, soy tan perezosa que de nuevo no me he hecho ningún listado de buenos propósitos, ni enmiendas, ni objetivos ni nada por el estilo.
Por tanto sigo siendo la misma persona sin propósitos de mejorar en lo más mínimo, pero estoy contenta porque la segunda década del siglo XXI ha comenzado e imagino que aunque sea torpe atléticamente hablando, mi vida idéntica a la del año pasado me deparará alguna que otra sorpresa.
Estoy impaciente por ver cuáles son.