martes, 29 de noviembre de 2011

lunes, 28 de noviembre de 2011

MOMENTO MEMENTO



No sé por qué hoy he recordado que cuando llovía en el sur del que provengo como le llueve a Forrest Gump en Vietnam, desde arriba, desde abajo y desde todos los lados, llegaba a mi casa empapada y mi madre siempre me abría la puerta (nunca fui una niña con llaves de casa) y me cogía la mochila, me cogía el chubasquero, me quitaba los zapatos y me traía las pantuflas y el pijama para que me secara enseguida y no pillase un constipado. A mí entonces me daba igual que afuera siguiera lloviendo, que me hubiera empapado hasta los huesos y que me hubiera tenido que agarrar a una farola por el camino para que no me llevara el viento.


Hoy me he acordado de esta pequeñez y me alegro de que todavía siga dándome igual mojarme, porque no tengo paraguas, porque en Madrid nunca llueve como le llueve a Forrest Gump y porque ahora tengo llaves de casa y del metro al portal llego en un plis plas.

martes, 22 de noviembre de 2011

COMO DOS GOTAS DE AGUA

No soy ninguna experta lingüista pero tengo la impresión, si no la certeza, de que la sinonimia completa apenas existe en ninguna lengua. Si hay dos palabras diferentes para hablar de lo mismo, es porque alguna pequeña diferencia existe entre ellas: de contexto, de concepto o de aspecto.

Por tanto, lo que no se llama igual, no es igual y  lo que tiene el mismo nombre, sí que lo es.

 
Así que a mí no me engañan: si dos cosas son idénticas, tienen que llamarse de la misma manera.

viernes, 18 de noviembre de 2011

LA BUENA REPUTACIÓN

Es algo que se tarda mucho en conseguir, que cuesta bastante mantener y que la cosa más tonta puede destruir.

Conclusión: ¡a la porra con la reputación!

domingo, 13 de noviembre de 2011

MUNDO ZURDO

Si en el mundo hubiese más zurdos que diestros ocurriría que:

para ser abogado habría que licenciarse en Izquierdo; ser siniestro sería algo bueno y ser diestro daría miedo y tendría connotaciones negativas; las madres nos reprenderían con un "ponte izquierdo cuando andas";  las habilidades no serían destrezas, sino senestrezas o izquierdezas o zurdezas y existirían los izquierdos humanos que serían protegidos por ser izquierdos fundamentales y superiores al resto de izquierdos.

Hay menos zurdos que diestros, pero ¿hay menos de izquierdas que de derechas?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

MISIÓN CUMPLIDA



Hace dos días, el 7 de noviembre, asistí al concierto que más ilusión me hacía y el que más he perseguido: Brandi Carlile sola con su guitarra y su piano, en Town Hall, Nueva York, todo vendido desde hace semanas, casi mil quinientas personas rendidas a su majestuosa voz.
Lo nuestro nos ha costado a A. y a mí conseguir verla en directo pero la espera y los intentos previos fallidos han merecido la pena.
Las tres primeras canciones casi ni respiré, de la emoción de estar allí y de que sí, que la que estaba abajo con la guitarra y tan delgadita y con esa súper voz era Brandi en persona.
Hora y media duró el maravilloso espectáculo y es que no le hace falta mucho para llenar el teatro como lo hizo. Algo así como magia sin sombrero y sin paloma y sin baraja. 

Ole, Brandi, por ser esa pedazo de artista.

martes, 1 de noviembre de 2011

POR AMOR AL ARTE

Fotomontaje de A.M.


Esta noche he soñado que entraba al Panteón romano (de la propia Roma) y que estaba todo lleno de cervezas. Y no sólo eso, sino que además podía coger todas las que quisiera, cervezas gratis a diestro y siniestro, de todas las marcas y nacionalidades. Cervezas que ni siquiera sé si existen. Y yo alucinando, porque me daba igual que me encontrase en el mismísimo Panteón, obra cumbre (o casi) de la arquitectura romana, lo que me dejó extasiada y casi rozando el nirvana era la variedad y abundancia de cervezas de tercio que había. Todas para mí.

Me he despertado muy intranquila y con un regusto amargo a cebada  en la boca. Y ahora no sé si tengo que preocuparme y revisar mis valores o simplemente dejarlo correr como un sueño y nada más.

Hoy es fiesta y no pienso mover un dedo, ni preocuparme ni revisar nada. 

Voy por una cervecita.