miércoles, 28 de julio de 2010

A MÍ, ¡PLIM!

No penséis que soy una mujer triste y ojerosa que se pasa el día lamentándose de su suerte.
Eso es apenas un minuto por las mañanas antes de tomar mi dosis de cafeína.

Tampoco penséis que soy una mujer amargada de la vida sin arrestos para atreverse a cambiar su suerte.
Eso es tan sólo una vez al mes.

Pensad lo que queráis, yo me voy a casa.

2 comentarios:

  1. Qué razón tienes. Pudiendo marchar a casa a primera hora de la tarde, lo demás es tontería...

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  2. Ay, Amparo, ayer fue un día horroroso en el trabajo. Pero como bien dices: marcharse pronto a casa es como la mastercard esa, que no tiene precio.
    Un beso.

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