jueves, 29 de julio de 2010

B/N


Todas las mañanas vengo en metro al trabajo. Suelo ir leyendo un libro, algún tebeo, observando a la gente y además pensando en alguna entrada interesante que colgar en este blog.

Esta mañana se me habían ocurrido unas cuantas.

Eran brillantes, chispeantes, ingeniosas y graciosas. O al menos eso me parecieron.

Llevo un par de horas trabajando y esas entradas se han desvanecido, evaporado, difuminado en el fondo de mi cerebro.

Ahora estoy esperando a que vuelvan o que se formen otras.

En el ínterin, os dejo este descubrimiento que hice sobre mí el otro día, gracias a mi amigo e ídolo del deporte, que además de todo eso, me ha sorprendido con esta declaración sobre mí:

Soy una mujer de contrastes.


2 comentarios:

  1. Sin duda tu amigo tiene razón. Contrastes en vivo..., no sé, pero en contenido de los textos desde luego. Los de hoy no me gustan, lo siento. Será por la resaca de tu día de ayer. Te seguiré leyendo.
    Un abrazo.

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  2. La paciencia siempre tiene su recompensa.
    Gracias por pasarte por aquí.
    Otro abrazo para ti.

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