domingo, 12 de septiembre de 2010

VIVA LA VIDA


Hace años que me reservo las tardes de los viernes para no hacer absolutamente nada, tan sólo trasnochar, bajar la persiana lo máximo posible, tumbarme a lo largo y ancho de los 150 centímetros de cama que tengo, restregar mi cara con fruición por la almohada y dormir hasta que el cuerpo resista.
Me encanta levantarme los sábados a la hora que sea, hacerme un café y luego otro, vagabundear por el pasillo pensando en todo lo que tengo que hacer y en las pocas ganas que me entran.
Abrir la nevera, cerrarla. Volverla a abrir.
Navegar por internet, volver a pensar en todo lo que tengo que hacer. Irme al sofá y encender la tele.

Los fines de semana son regalos.
Los fines de semana son una oda a la pereza y la inactividad.
Gracias a quien sea por inventar los sábados y los domingos.

2 comentarios:

  1. Encontre tu blog hace poco y realmente es genial! Pues bien... veo que veneramos de la misma manera los viernes. Saludos desde Argentina!

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  2. Hola Marcos,

    me alegro mucho de que te guste mi blog.
    Y efectivamente soy una perezosa consumada, por eso amo los viernes tarde, los sábados y los domingos.
    Por cierto, en breve estaré en tu país, que es precioso y me encanta, dándome una vueltecita.
    Gracias por leerme.

    Un abrazo,

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