viernes, 3 de septiembre de 2010

¡DESDE LUEGO!

Va mi madre y como le dolía mucho la espalda, se toma una pastilla que le recetó el médico a mi padre.
Me cuenta que se quedó la mar de relajada en cama, tanto que no era capaz ni de moverse. Que estaba muy a gusto, me dice, pero que luego le sentó mal la pastilla en el estómago y fue al baño a vomitar.
Que menos mal que lo echó todo, porque aquello no era una pastilla, era una bomba.
Pero mami, cómo se te ocurre....
No sé, hija mía, a tu padre le sientan bien.
Lógica aplastante.
Mamá, la próxima vez ve al médico y que te recete pastillas a ti. Que si hay que ir, se va.

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