Tiendo a ver las cosas blancas o negras. Los matices del gris se me escapan. Generalmente, cuando discuto con alguien algún tema, suelo simplificar las cosas mucho, demasiado tal vez, con el fin de llegar pronto y rápido a una solución o a la posibilidad de alcanzar una conclusión. La gente suele sonreír, con algo de legítima condescendencia en la comisura de los labios y acaba por decirme: "no es tan fácil, las cosas no son así, son más complejas" y automáticamente me paso a su lado, me pongo en su lugar y dejo de estar segura de lo que defendía hasta ese momento con tanta pasión.
Es una frase mágica. A mí al menos me desarma y me deja sin argumentos.
No, las cosas no son tan fáciles, pero yo seguiré empeñada en que lo sean.
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