miércoles, 18 de enero de 2012

RENUNCIO A RENUNCIAR



No puedo ni quiero renunciar a la siesta, ni a la cerveza, ni a comer comida basura de vez en cuando, ni a aburrirme también de vez en cuando, ni a no tener ganas de hacer nada bastante a menudo.
Renuncio a renunciar y por eso me propongo disfrutar y ser lo que soy sin remordimientos: una vaga licenciada.


8 comentarios:

  1. Mí querida Helen, el placer suele tener, a veces, efectos secundarios. Así que disfruta, tambien, del pos-placer.

    ResponderEliminar
  2. C@y@te, yo intento disfrutar de lo que se pueda, incluso de esta barrigota que tiene ya vida propia. La comida basura está rica, pero no perdona, jajajaja.

    ResponderEliminar
  3. si es que eres garfieldiana hasta la médula...

    ResponderEliminar
  4. Nunca jamas hay que renunciar a lo que nos gusta.

    La alternativa no vale la pena.

    ResponderEliminar
  5. Ánimo y no cambies estos principios. Bss

    ResponderEliminar
  6. Mely, tú me conoces bien: Garfield y yo somos almas gemelas.

    ResponderEliminar
  7. Guille, desde luego que para renunciar hay que estar muy seguro de lo que se hace. Renunciar porque sí, es tontería.

    ResponderEliminar
  8. Amparo, yo ya tú sabes...fiel a mí misma para siempre. O eso espero.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar