martes, 9 de agosto de 2011

EL MURO


Cada vez que alguien la llamaba "cielo", "cariño" o algún apelativo similar, sentía claramente cómo una parte de sus entrañas se derretía.

Jamás dejó que nadie la amara.
Tenía miedo de amanecer convertida en charco.

5 comentarios:

  1. Convertirse en charco no esta mal.

    ¿O me equivoco?

    ResponderEliminar
  2. el charco tiende a evaporarse...y desaparece... por eso tiene miedo, pienso.

    Me parece genial y triste porque el miedo arruina muchas cosas bellas que nos pueden pasar.

    Bienvenida (has vuelto?)

    ResponderEliminar
  3. Guille, claro que no está nada mal, de hecho ya lo dijo Bruce Lee: "be water, my friend!"

    ResponderEliminar
  4. Emma, es cierto, el miedo nos paraliza siempre. Pero es muy difícil de deshacerse de él.

    En esa foto nueva que has puesto de perfil me recuerdas ligeramente a Helena Peabody.

    Sí, he vuelto, de hecho hasta septiembre no me vuelvo a ir. Al Perú...si me dejan.

    ResponderEliminar
  5. ¿Una mala experiencia o repetidos desengaños? Muy triste.

    un charco puede ser un bonito espejo del cielo, sobretodo cuando, despues de llover, se abren las nubes.


    Sí Helen, Bruce Lee tenia muchas formas de invitar a sus alumnos para que fluieran por la vida.

    c@y@te

    ResponderEliminar