Ayer tarde tuve un sueño pegajoso de siesta.
Soñé que alguien me abandonaba y me daba la mala nueva con un rostro impasible. Un rostro sin emoción alguna. Un rostro plano y sin vida.
Eso fue lo que más me perturbó.
Anoche volví a tener el mismo sueño. El mismo rostro me perseguía. Yo quería robarle alguna expresión, conseguir que se ablandara con mis lágrimas y mostrara algún ápice de comprensión y empatía, pero no hubo manera.
Ni rastro de sentimientos.
Me he levantado dándole vueltas a este hecho y yo creo que lo que peor sabor de boca me dejó, más que el vacío de la ausencia, era que se hubiera roto la sintonía totalmente y para siempre.
Cómo alguien que estuvo tan cerca de una, de repente se aleja y se hace inalcanzable e imperturbable.
Vaya sueñecitos, Helen. A mí también también me perturba la idea de olvidar los rasgos de quienes tuvimos al lado y creímosimportantes en nuesra vida. Un beso.
ResponderEliminarSí, Amparo. Yo y mis pesadillas.
ResponderEliminarLo que me dejó mal cuerpo no fue que yo olvidase el rostro, sino que el rostro no mostraba ningún sentimiento hacia mí. Cero. Kaput.
Los pelos de punta, niña.
Menos mal que sólo es un sueño...
ResponderEliminarQue te dejen entra dentro de las reglas del juego.
ResponderEliminarQue quien te quiso demuestre total insensibilidad hacia ti es feo, duele.
y los sueños te dejan ese sabor a realidad, lo sentís tan concreto, tan cercano, dura todo el día. Te hace cometer actos extraños a veces (digo, si soñás con un ex, una es capáz de llamarlo!)
ResponderEliminarEspero que ese rostro impasible, se vuelva un rostro que sonría y sea amigo.
Cuántas veces un rostro que antes amamos y nos amó se vuelve inconmovible frente a nuestra lágrimas.
ResponderEliminarPero como en los sueños, todo es cuestión de despertarse para volver a soñar con rostros mejores.
Guille, ya te digo si duele...
ResponderEliminarEmma, a los rostros que no me muestran simpatía, les vuelvo la cara.
Malena, menos mal que los sueños son incombustibles y siempre hay material nuevo.