miércoles, 19 de enero de 2011

DON PIMPÓN ERA MI PADRE

Hace años estábamos mi prima, su marido y yo cenando en un asiático en Madrid.
Mientras comíamos, la conversación derivó en discutir acerca de si don Pimpón, personaje entrañable de nuestra infancia, representaba un hombre o un monstruo (nos referíamos al traje, claro).
Todo sucedió como sigue:
      -Don Pimpón era un hombre- afirmé yo, contundente.
      -Don Pimpón era un monstruo- rebatió mi prima.
      -Don Pimpón era un hombre- me apoyó su marido.

Imaginaos este diálogo de besugos mantenido de manera reiterada por espacio de diez o quince minutos.
De repente, cuando el tema ya no daba más de sí, por razones obvias, una comensal de la mesa contigua, imagino que  haciendo acopio de valor y saltándose la norma tácita de no entrometerse en las conversaciones ajenas y menos en restaurantes asiáticos (eso jamás), apuntó:

      -Don Pimpón era un hombre. Lo sé porque es mi padre.

Nos quedamos los tres mirándonos, sin saber qué decir, con el bocado de sushi a medio masticar. Sin mediar más palabras, y por supuesto sin entablar conversación con la desconocida que había puesto fin a nuestra animada charla con tan meridiana claridad, terminamos la cena y nos marchamos de aquel sitio tan raro.

Nunca olvidaré a don Pimpón.

10 comentarios:

  1. Esa historia es buenísima!!! y me río mucho cada vez que la cuentas!! jajajaj, además como te da la risa contándolo me río aún más, jajajjaj.
    un besote Don Pimpona!

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno!!!!!!!!!!! jajaja de aqui a la redaccion del pais jajaja ya quisieran ellos
    Besossss

    ResponderEliminar
  3. Cáspitas!!! De lo que se entera una! Y era una hija legítima??? Un muñeco tiene descendencia???
    Las mejores conversaciones son las que surjen así, sin más.
    Me encantará oirte contar esta historia in live.
    Besos floridos

    ResponderEliminar
  4. Ja ja ja, Carmen. Claro, cuando quieras te la cuento de viva voz.
    Besos para ti también, linda flor.

    ResponderEliminar
  5. A mí me recuerda el momento confesión de la Guerra de las Galaxias, me imagino a don Pinpón quitándose la cabeza de felpa y diciéndole a su hija:
    -Yo soy tu padre...
    Muy buena la historia

    ResponderEliminar
  6. ¡Igual que a mí, Mar! jajajajaja.
    Qué gracia de historia y lo mejor es que no invento nada: ocurrió tal cual.

    ResponderEliminar
  7. Amparo, ocurrió hará ya unos añitos.
    Aparte que soy incapaz de fijarme en cómo viste la gente.
    Pero...no me digas que eras tú!!!!

    ResponderEliminar