martes, 30 de noviembre de 2010

QUÉ MALA ES LA ENVIDIA


Lo confieso: le tengo envidia a John Irving. No puedo evitarlo.
Ya me dejó con las piernas colgando, como yo digo, con El mundo según Garp, mi libro preferido entre todos los libros.
No le bastó con eso y escribió Una mujer difícil.
Para mayor tortura cochina mía luego escribió Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra.
Y el otro día va y publica La última noche en Twisted River, libro que me he leído casi casi de un tirón y que si después de pasar la última hoja no estaba yo ya corroída por dentro (de la envida, digo) ha sido de milagro.

John Irving, eres un artista de los pies a la cabeza.
John Irving, daría mi reino por una novela como la tuya.
John Irving, te tengo un coraje que si te pillo te estrujo.

La envidia es mala, señores. Yo soy la prueba.

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