miércoles, 21 de julio de 2010

MADRID: "ACHICHARREITING" PEOPLE


He vuelto, a pesar de que yo no quería. Normalmente uno no tiene lo que quiere y cuando lo tiene no es lo que necesita.

Pero dejando estas filosofías baratas de miércoles aparte, os diré que yo estaba en la gloria divina. Imaginadme al lado del mar, en una hamaca, con un mojito entre mis manos y mirando al horizonte cargado de velas blancas y gaviotas planeando. Pues más o menos.

Y vuelvo a Madrid y ¿qué me encuentro?
El infierno hecho aire.

Ayer nos dimos un paseo en bici. En realidad no fue un paseo, fue otro recorrido dantesco por el averno, porque no podía ni respirar: lo que entraba en mi pecho era fuego. Para más inri se me olvidó el bidón de agua, y allí ni rastro de fuentes.

La pista de tierra bien ancha se convirtió en caminillo estrecho plagado de pinchos malévolos, barrancos insalvables y subidas inasequibles. Me golpeé con los pedales, veía un oasis a lo lejos de la sed que tenía, sentí ganas de llorar, me pinché toda entera y ahora ya no podré llevar falda a la boda a la que he de ir este fin de semana.

Al final de todo, de puro cansancio, me dejé caer por una cuesta de pendiente mortífera, esperando que la inercia me subiera arriba del todo. Pues no, la puñetera inercia se rió de mí y di una voltereta hacia la derecha, luego hacia la izquierda y acabé hecha cisco encima de unos pinchos odiosos que se me metieron hasta dentro del sujetador y de las bragas. ¿Cómo fue? Ni idea, pero lo que os cuento es verídico y tengo testigos.

En fin, que he perdido el miedo a caer, de Madrid al cielo una leche y que entre un poco de aire fresco ya, que me va a dar una lipotimia.

3 comentarios:

  1. Una leche frita, digo yo...
    ánimo que van a bajar las temperaturas

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  2. Eso, bien fritita...me tiene a mí esta ciudad que taaaaaanto me gusta. Es una relación amor-odio de esas peliculeras.

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  3. Jajaja, síii, yo fui testigo!! Iba yo delante (no me vi con ánimos de bajar la cuesta en bici y bajé andando, o más bien corriendo para conseguir la inercia que quería Helen para la subida que venía después) y cuando estaba a mitad de subida oí un "no, si al final me caigo" y fue todo como a cámara lenta pues me dio tiempo a girarme, ver como el terreno hacía que no hubiera tal inercia y se quedara como clavada (tipo los dibujos animados que se quedan pataleando en el aire antes de caer al vacío) se inclinara hacia un lado, girando sobre sí misma (no me rreguntéis cómo) hasta quedar atrapada en una especie de agujero rodeada de plantas secas llenas de bolitas pinchosas y demás ramitas punzantes. Tras quitarle la bici de encima y ayudarle a salir del agujero, vuelvo a dar fe de que los pinchos se le habían metido por muchos sitios... a los que no llega el sol (a pesar del achicharreiting day!)

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