Una puede enzarzarse en una discusión o enzarzarse a mamporros con alguien o simplemente enzarzarse en una zarza de verdad, como me ocurrió a mí y a mi pandilla de fieles amigas excursionistas este sábado.
Quedar atrapada por una zarza no es moco de pavo, te pinchas toda, te arañas, te enganchas la ropa, el pelo y la mochila y si consigues desenredarte te llevas un bonito recuerdo.
Las zarzas parecen inofensivas, incluso pueden parecerte bonitas, pero tienen muy mala baba.
No os confiéis y nunca os dejéis enzarzar por nada ni por nadie, porque lo que tiene pinchos, pincha.
yo me acuerdo cuando ibamos al nido de la torre del almirante y tb caiste en las zarzas hija...claro, hay que distinguir entre enzarzarse sin querer, como lo que a ti te pasa o ...y si sales pinchada te aguantas
ResponderEliminar¿Y te acuerdas también de cómo, para escapar de un toro suelto, nos metimos las dos en una zarza adrede y luego no podíamos salir?
EliminarMenos mal que el toro tiró para otro lado...
nosotras no jugabamos a tomar el te, verdad?
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