Menos mal que desde pequeñita me acostumbré a pensar instantes antes de abrir la boca.
Aunque alguna que otra vez se me ha olvidado seguir esta norma básica que debería regir todos nuestros actos sociales y he dicho lo primero que he pensado.
Cuando ha ocurrido esto, mucha gente se ha escandalizado.
Como no quiero sobresaltar a nadie, mejor lo pienso dos veces y luego digo algo o no digo nada.
Los silencios nos hacen parecer mucho más misteriosos.
Y como dijo un hombre que a mí me parecía de lo más interesante y a mis amigas también:
"Silence is a golden gift"
Hubiera sido estupendo haberlo aplicado antes de "Kaput" que va herido de muerte.
ResponderEliminarUn saludo y...
¡¡¡ Enhorabuena!!! ya vuelves.
Una no siempre está a la altura de sí misma.
ResponderEliminarPero lo intento.
Gracias por los ánimos.
Saludos.
A veces es bueno hacerse una escapada.
ResponderEliminarUn beso y hasta la vuelta
Gracias, Mar.
ResponderEliminarTú sí que me entiendes.
Un besote.