Antes de ayer fui a una revisión médica y salí más contenta que unas castañuelas.
¿Por qué? Porque ha sido la primera vez en toda mi vida que un médico me receta una excursión por la sierra en lugar de un medicamento.
Me quedé un poco confundida al salir de la consulta pero luego pensé que debe de querer decir que estoy lo suficientemente sana como para echar a andar monte arriba. O tal vez sea todo lo contrario y lo que necesito es echar a andar monte arriba más a menudo de lo que ya hago.
O tal vez el señor es un apasionado del monte, no sabía con quién compartir su afición y me debió ver cara de aguerrida montañera. Eso es porque no ha leído mi anterior entrada.
Sea como fuere, estoy buena, pienso hacer la excursión de la que me habló y además pienso recomendar a este médico tan majo que tengo.