Resulta que lo que a mí me pasa es que tengo una cosa que se llama tecnoestrés, que es mucho más "cool" y sofisticado que tener estrés a secas.
Y es que yo con tal de estar a la última sufro hasta de las nuevas dolencias.
No tengo iphone ni estoy enganchada a la playstation, pero eso de creerme en la obligación o necesidad de estar siempre disponible en el móvil, mirar el correo electrónico cada quince minutos, enterarme de todas las noticias, descargarme todas las películas que no he podido ver en el cine, ver online todas las series que acaban de estrenar en los EE.UU., suscribirme al spotify para escuchar música a todas horas, ahorrar para comprarme un portátil con más memoria ram y más capacidad de disco duro, dejar que Movistar me regale un pincho usb para poder conectarme en cualquier lugar a cualquier hora (madre mía, que me quedo sin respiración con la enumeración tan larga que me ha salido), todo eso me causa una ansiedad enorme.
Siento que me falta el tiempo para poder estar al día de todo lo que ocurre a mi alrededor, no me da la vida, no llego.
Es increíble que esto me esté ocurriendo a mí, yo que pensaba que era una mujer capaz de practicar la multitarea como quien se come un paquete de pipas.
Pues no. Que lo sepa todo el mundo, aquí y ahora lo confieso: soy una mujer limitada y necesito volver al viejo método de hacer una cosa cada vez, con tranquilidad y a fuego lento.
Helen dixit.
Hay tecnologías que crean dependencia.
ResponderEliminarYo la tengo, solo, del ordenador. Del blog en realidad.
Y en consecuencia de estar conectado a la red.
Y si hay cosas que mejor hacerlas a fuego lento, se me ocurren un par que...
A mí me pasa igual, Guille. Pero no es que tenga dependencia, es como que me he creado yo una necesidad absurda de la que tengo que estar pendiente a todas horas.
ResponderEliminarY eso me pone de los nervios.
A mí se me ocurren otras tantas para hacer a fuego lento...
¿Serán las mismas?
Sospecho que habría alguna coincidencia.
ResponderEliminarEnumerame las tuyas para que compruebe.
¿Estás seguro?
ResponderEliminarCosas que a mí me gusta hacer a fuego lento:
-las lentejas.
-el puchero andaluz.
¡¡¡Lo sabía!!!
ResponderEliminarCoincidencia plena.
¿Ves? Si va a resultar que al final somos almas gemelas...
ResponderEliminarSiempre lo he sospechado.
ResponderEliminarYo también.
ResponderEliminar¿Nos conocemos de algo?
Ji ji.
No.
ResponderEliminarPero es una de esas cosas que se pueden solucionar.
Mmmmmm, no sé, no sé.
ResponderEliminarMejor mantener el misterio.
Yo soy de las que apaga el celular y no tiene contestador. Los correos los reviso una vez al día, pero bajo tooooooooodas las películas, series, libros y me siento frustrada por todo lo que no voy a poder ver o leer.
ResponderEliminarSoy una estresada no cool. Mecachendié.
En lo general, me gusta estar a la ultima, salvo cuando quiero ser el ultimo en estarlo.
ResponderEliminarEn lo laboral, soy gurú de nuevas tecnologias, mientras en otras , verdugo ineludible.
En lo particular, no soy un habitual del tecno-enganche
En lo concreto, no me encontraras en estado alopsiquico por causa juego-tecnologica.
Tengo un patrimonio tecnologico ponderado "a nivel de usuario"
Lo que ha ayudado a todo lo anterior ha sido: mi temprano vicio masculino por desmontarlo
todo para comprobar que el problema era que "siempre sobran piezas"
Eso si, toda la tecnologia que utilizo es marca ACME...jajajaja.
C@y@te
uf! te entiendo perfectamente. A veces me digo, va Aina, no estrés, durante dos mil años han sobrevivido muchísimas generaciones sin estar conectadas a cada minuto, sin enterarse de todo al instante. Pero no, no me auto convenzo.
ResponderEliminarMalena, no sabes cómo te entiendo.
ResponderEliminarVivo sin vivir en mí sabiendo que nunca tendré tiempo para ver todas las pelis y todas las series. ¡¡¡Aggggg!!!!
C@y@te, la tecnología ACME es la más fiable a la par que divertida. A mí me encantaría saber desmontar y volver a montar. Si me sobrasen piezas, pues a la basura y listo.
Aina, a mí me ocurre parecido, que por mucho que escriba entradas en contra del tecnoestrés, tengo el barrunto de que lo he asimilado tanto que ya es mi estado natural.
Es lo que tiene la vida moderna, que va más rápido que nosotros mismos.