Hoy el mundo se ha levantado en contra de mí o puede que sea al revés y me haya levantado yo en contra del mundo.
Creedme cuando os digo que no ha sido premeditado, para nada.
Yo me desperté, me desperecé, me puse las zapatillas y de camino a la cafetera, el mal humor me asaltó y se apoderó de mí.
No es práctico estar en contra del mundo puesto que llevas todas las de perder. Claramente.
Así que o me cambia el humor o a ver qué hago, porque es obvio que al mundo le importa un pito todo esto.
Voy a ver si alguien o algo me levanta el ánimo.
Un bocata de calamares podría valer.
¿Qué tal un viaje a Londres? Salir hoy de trabajar y no tener que volver hasta el lunes.
ResponderEliminarNo tener que hacer casi maleta, para "dos" días, y sólo esperar a la hora de salir.
Y, si no es suficiente, ¿qué tal una hamburguesa triple grasienta mortal o un minimalista japonés?
¿Qué tal pedir un abrazo desacostumbrado? Pensar en esa generosa apuesta y después: sentir.
ResponderEliminarQue mejore el día.
Un saludo.
Recuérdanos a las tres pencas en los pasillos del aeropuerto descojonadas de risa por cualquier "chuminá"...¿a que se te fue el enfado?
ResponderEliminarUn beso fuerte!
Gracias Ali, Georgina y Mara.
ResponderEliminarYa se me pasó el enfado, sobre todo porque alguien que yo me sé me invitó a cenar en un japonés (¿recuerdas Mara el de los tatamis?)
y eso siempre consigue ponerme de buen humor: una buena cena y una gran compañía.
Besos a las tres y nos vemos en unos días, que me marcho a los extranjeros.
Muaks.