O casi.
De pequeña quería ser actriz.
De mayor quiero ser montañera.
Me da miedo la montaña, me da miedo caerme, resbalarme, hacerme un esguince o partirme un hueso.
Pero quiero ser montañera.
Me veo a mí misma subiendo montañas y bajándolas después.
Es un empeño absurdo y que no va a ningún sitio.
Pero al menos tengo uno.
Creía que pasaría por esta vida sin una obsesión.
Al fin puedo respirar tranquila.
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