Voy a poner una queja a Ferrero, porque por su culpa soy adicta a la nutella.
Si no me como un sándwich todas las mañanas untado en nutella, no soy persona.
Bueno, persona sigo siendo, pero agradable va a ser que no.
No os imagináis los estragos que hace en mi personalidad el dichoso síndrome de abstinencia.
Que Dios os pille confesados...
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