Primer domingo de agosto.
El sol calienta el toldo, mi orquídea se ha quedado sin flores, la lavadora centrifuga las sábanas de toda la semana de sopor, siestas breves y noches sin brisa.
Me estoy tomando el segundo café de la mañana. La tortita con nutella me supo a gloria bendita.
Me espera toda una tarde de vagabundear en casa y de pedalear a la caída del sol.
Me encanta el verano.
Por donde pedaleas Helen? igual voy y me apunto contigo... al pedaleo, digo.
ResponderEliminarPor la Casa de Campo o por la sierra madrileña.
ResponderEliminarHoy tocó Rascafría.
¿Te apuntas a la próxima?