A veces reflexiono y me doy cuenta de que no tengo una afición marcada, aunque voces cercanas me dicen que eso no es verdad, que sí que las tengo.
Las tenga o no, que no estoy yo tan segura, lo cierto es que en mis ratos libres me dedico a ser agente de viaje.
Me gustaría más ser una agente doble del gobierno ruso, pero como eso ya no puede ser, porque el telón de acero cayó hace tiempo, me conformo con organizar viajes para mí misma y allegados.
Ese faro nos espera.
Haremos realidad la frase publicitaria del coche ese que tanto nos gusta a ti y a mí:
"contigo al fin del mundo"
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